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Sita Murt

Una creadora reconocida, una historia de superación.


Se podría decir que los artistas de la moda se van al amanecer. Un día de comienzos de septiembre, la primera novedad con que nos encontramos los periodistas del sector al abrir nuestras redacciones fue que acababa de fallecer Manuel Pertegaz. Y ahora se repitió el fenómeno con Sita Murt: alboreaba el 1 de diciembre cuando se fue.

Se llamaba Carmen, pero eso ya sólo constaba en la parroquia, por el acta de bautismo, y en el registro civil. Desde muy pequeña, el entorno familiar simplificó su nombre hasta dejarlo en Sita y, como el apellido Murt también era muy breve, ya no sabíamos nombrarla si no era con los dos vocablos unidos. Fue una combinación perfecta como marca de moda o, dicho de otra forma, como nombre de autor.

Nació en Igualada en 1946, hacía ahora 68 años, y creció en un ambiente de curtidos, que era el negocio paterno. En la década de los 60 se casó, en la misma localidad, con Toni Esteve, hijo de los fundadores de la empresa familiar Esteve Aguilera, S.A., creada en el año 1924 (por tanto acaba de alcanzar ahora el 90 aniversario), que fabricaba prendas de punto para hombre. El marido murió joven, en 1984, a los 38 años, y Sita se encontró, de la manera más inesperada, con cuatro hijos adolescentes y sin experiencia empresarial directa, al frente del negocio.

Decir que estaba sola no sería del todo correcto. Tenía el respaldo de su suegro. Y fue precisamente él, que ya estaba retirado de la gestión, el que puso la empresa totalmente en sus manos. Un acto de fe, que resultó certero. La nueva gestora no sólo fue capaz de mantenerla en acción, respondiendo a la confianza que se le otorgaba, sino también de transformarla y hacerla crecer (introduciendo en la gama de producción la moda femenina, en la que pondría toda su pasión).

La dedicación con que se consagró a su empresa en circunstancias tan inesperadas hizo de ella una figura popular en la sociedad igualadina.

Por otra parte, los 80 eran los años de la campaña Moda de España y su personalidad como diseñadora incipiente encontró un marco favorable para darse a conocer. Alcanzó una notable expansión en el país, donde llegó a tener 21 tiendas propias (para las cuales creó una razón social diferenciada, con su nombre) y se inició en la exportación. Sus colecciones desfilaban, hasta muy recientemente, en la pasarela Cibeles. También a veces en Pasarela Gaudí. Y últimamente en 080 Barcelona. Exponía en ferias españolas e internacionales (especialmente en París).

Pero su obra no fue inmune a la crisis, cuando llegó. En mayo de 2013 tuvo que presentar concurso de acreedores, para la empresa matriz, Esteve Aguilera, la cual absorbió a la filial que llevaba su nombre. Lo levantó en octubre último, tras obtener la aprobación de un convenio que fija una quita del 20% y el pago del resto del pasivo en diez años. Previamente Sita había reducido su red de tiendas propias a seis, pero mantenía (y mantiene) con plena vigencia su presencia en el mercado multimarca nacional, y también en Europa, Estados Unidos, Japón y Corea.

Ahora bien: además de enfrentarse a la crisis tuvo que luchar con un enemigo mucho peor, un cáncer, hecho que apenas trascendió. Últimamente aparecía muy poco en público, pero se atribuía a la delicada situación de la empresa. Por suerte en tales circunstancias, la solución del problema económico en términos bastante favorables, dentro de lo que esas situaciones permiten, habrá aliviado su pesadumbre en el período final de su vida.

Cuando se conoció su fallecimiento, una de las cronistas que habían glosado durante estos años sus colecciones escribió un emotivo adiós a «la dama del punto», como en ciertas ocasiones se la había definido.

Durante los años anteriores a la crisis, sus hijos, los hermanos Esteve Murt (Yago, Isabel, Toni, Albert), se habían ido incorporando a la gestión. En el último período, todos ellos han asumido la responsabilidad de los diversos departamentos, en particular finanzas, comunicación, la venta online..., los sectores esenciales. Toni es el director general.

Es la segunda vez en que la empresa pierde al personaje conductor. Pero esta vez le sucede un equipo.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 216 — diciembre 2014 ].


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