La nueva feria de subcontratación Bstim, que se celebrará a finales de febrero, bate su objetivo de expositores con 60 firmas inscritas.- La oficina de prototipaje de Fitex cumple su primer año, propiciando contratos de fabricación en plazos cortos.
Dentro de pocos días, 25 y 26 de este mes de febrero, tendrá lugar en el recinto ferial de Igualada, Barcelona (en un edificio de personalidad arquitectónica singular, el «Escorxador» o antiguo matadero) el nuevo salón Bstim, cuyo nombre sigue ese estilo lúdico juvenil como de escribir mensajes de móvil (SMS) elidiendo vocales, y que puede leerse como «vestim» («vestimos, en catalán») pero también evoca «best», o «lo mejor» en inglés.
Con idea inicial de reunir a unos 45 expositores, en enero ha cerrado la contratación con 60 empresas inscritas, lo que ha implicado un trabajo muy estricto de asignación de espacios, ya que la superficie disponible en esta primera experiencia del certamen da de sí lo que da, y no es elástica.
El éxito de captación de expositores ha sido, por tanto, grande, y ahora se trata de asegurar la asistencia de los visitantes, que posiblemente acudirán en buen número dada la originalidad del evento, y la demanda latente de un punto de encuentro de estas características.
Bstim no es una feria de tejidos ni de prendas confeccionadas, sino de capacidad de manufactura; lo que en algunos casos significa capacidad integral, vertical, es decir de tejedores de punto con servicio de confección, en lo que internacionalmente se conoce como «full package» o paquete completo; pero en su mayoría los participantes son talleres de costura (con o sin sala de corte dentro de casa) para trabajo a manos, y algunos son fabricantes de renombre que disponen de capacidad excedente, de forma que, además de producir las prendas de su marca propia, están en condiciones de fabricar para terceros.
Es, por tanto, una plataforma donde poner en contacto a marcas (ya sea de confeccionista o de distribuidor detallista, lo que ya hemos dado en designar con el anglicismo de «retail») con recursos de manufactura.
Según la feria de Igualada, los expositores «son principalmente empresas y talleres locales que fabrican piezas acabadas de confección, género de punto y productos de baño, y también empresas dedicadas a la gestión de la producción de piezas textiles», que han visto en el salón «la oportunidad de ofrecer sus servicios a marcas, diseñadores y distribuidores europeos que busquen nuevos proveedores o que se planteen dejar de fabricar en Asia y volver a la producción en Europa». Se menciona entre ellas a «las principales industrias de fabricación del género de punto, como Tex51, Gavipunt, Quinto punto, Texdueñas o Jerthin, que juntas suman una capacidad de 1,5 millones de piezas; también estarán presentes productores de ropa interior como Industrias Valls (Punto Blanco) y Carlomagno».
Por lo que hemos podido conocer en Textil Exprés, Bstim tendrá una fuerte impronta del género de punto, como es normal por nacer y radicar en Igualada, capital de la comarca del Anoia, especializada en esa manufactura. Pero no será sólo igualadina ni tan siquiera catalana, a pesar del peso específico de esas áreas. El salón ha tenido una excelente acogida entre expositores del Maresme (Mataró), comarca barcelonesa que también bebe en una importante tradición de punto, pero ha despertado interés incluso en el área de Sonseca (Toledo, por tanto Castilla La Mancha), que igualmente es conocida por sus fabricaciones en tricot.
Bstim es una feria, se celebra en Igualada, pero, como acabamos de decir, no se circunscribe a ese territorio de radio corto, sino que tiene una vocación de largo alcance. Ahora bien, Igualada pone mucho más que un espacio de encuentro: es la punta de lanza de un fenómeno de rescate de estructuras industriales en el sector de la indumentaria.
David García, director general del centro tecnológico textil Fitex, del «cluster» Agrupación Textil Fagepi, y director ejecutivo de la Agrupación Española de Género de Punto (AEGP), lo sitúa en el contexto no sólo de la voluntad empresarial de la ciudad, sino en el de la voluntad política del actual equipo de gobierno municipal. El alcalde llegó al cargo con el lema de campaña «el Anoia será industrial o no será», lo que implicaba recuperar mucho de lo que la comarca igualadina ha perdido en los últimos años.
Una vez tomó posesión, el edil puso en marcha un plan de impulso de la industria, que pivota sobre dos de los sectores que mayor aportación tienen al PIB de la comarca: la industria de la piel, y el textil.
La situación del sector de piel y cuero, concretamente tenerías, es envidiada por el textil. Es cierto que ha padecido una fuerte mortandad, habiendo bajado de más de un centenar de empresas de curtidos (hace dos décadas) a 28, pero que «facturan más y producen más toneladas que aquel centenar largo». Eso ha sido posible porque «allí se hace una piel de muy alta calidad, con procesos muy modernos y además de bajo impacto ambiental, ya que los industriales invirtieron en una depuradora común». Alta calidad de producto y producción sostenible son elementos que atraen a clientes de la industria del lujo, para los que Igualada es hoy en día un proveedor muy competitivo.
«En el género de punto tenemos una idiosincrasia diferente, porque la industria no ha tenido al sector del lujo como factor de arrastre, sino a una gran distribución cuyo éxito se basa en precios medio-bajos». Pero también ahí se observan huecos de oportunidad para favorecer la reindustrialización. «Nuestros estudios —dice David García— confirman una recuperación del interés por la fabricación local». Hay al menos tres razones para ello:
—Las grandes marcas que desean ser innovadoras en su colección deben disponer de capacidad de prototipaje rápido, lo que implica una base de manufactura y un conocimiento elevado del oficio.
—La búsqueda de la internacionalización comercial nos devuelve a una lógica de producción local. Es un fenómeno más que llamativo: en muchos mercados exteriores se valora que en la etiqueta del producto aparezca un «made in Spain». Ayuda a defender mejor el precio del artículo.
—En todos los mercados (también en el interior), la aceleración y el acortamiento de los ciclos de producto favorece hoy en día la producción de proximidad. «Antes se operaba con unas previsiones de ventas para un período largo de temporada, que más o menos se cumplían, porque existían hábitos de compra consolidados, por ejemplo a la hora de equipar a los niños para la vuelta al colegio. Pero hoy el mercado se comporta de una forma salvaje. Si antes la demanda se componía de un 80% temporada y un 20% reposición, ahora estamos en un 50-50. Para atender a ese mercado de reposición rápida, o tienes proveedores locales o tienes un problema».
En relación con todo ello, desde Igualada se han adoptado varias iniciativas. Hace poco más de un año, en enero de 2014 se constituyó una oficina de prototipaje gestionada por el centro tecnológico Fitex, y con participación económica del Ayuntamiento, por lo que fundamentalmente trabaja para empresas de la comarca del Anoia, pero no descarta más adelante privatizarse y trabajar para empresas de distintas áreas geográficas. La oficina ha cartografiado la capacidad de manufactura de la comarca, y su tarea es capturar pedidos de subcontratación y conducirlos a esa estructura productiva local. Ya ha efectuado operaciones. Concretamente para Cortefiel compró hilo a primeros de diciembre y encargó producción a varios talleres, con cuatro semanas de plazo para fabricar entre 7.000 y 8.000 piezas de un modelo. En otro caso, para Desigual, cuatro talleres fabricaron media docena de modelos, con un total de 28.000 prendas, disponiendo de 7-8 semanas. El objetivo de la oficina es llegar a una producción de 100.000 prendas que representen una facturación de un millón de euros en el primer año de operatividad. La oficina no factura nada, sólo pone en contacto a clientes y talleres y, en su caso, efectúa un acompañamiento durante el proceso; percibe una comisión del 4,5-5%, según el caso.
Otra iniciativa de este orden es precisamente la nueva feria Bstim. «Lo que hicimos desde la agrupación industrial fue hablar con Fira de Igualada y con el Ayuntamiento y sugerir la conveniencia de una feria de este tipo. A la Fira le pareció buena idea, y el Ayuntamiento aportó unos recursos iniciales a fin de que se pueda poner en marcha.
Por lo que se ve, a la industria también le ha parecido una buena idea, puesto que se ha apuntado de forma entusiasta, con los sesenta expositores ya mencionados, que desbordan con creces el objetivo inicial.
En definitiva, todo el mundo habla de lo positivo que es reindustrializar el país. Pero hay que poner manos a la obra. Y en Igualada ya lo están haciendo.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 217 — febrero 2015 ].