La mejor Heimtextil (9 al 12 de enero, Fráncfort, Alemania) de los tiempos recientes por lo que atañe a expositores, se quedó un poco corta en cuanto a visitantes, y esto no es culpa de nadie salvo de la época que vivimos.
Europa sigue aportando creación y, en el sector de textiles para el hogar y la casa, también fabricación, pero hoy su mercado interno es débil... y aunque vienen asiáticos (China es ya el segundo país extranjero visitante, por detrás de Italia), allí tienen sus propias citas feriales.
No sólo andamos prudentes en España, donde continuamos sufriendo la resaca del boom de la edificación, sino prácticamente en toda Europa.
Ojo al dato: me encuentro en Heimtextil con un periodista holandés jubilado hace unos años, que ha regresado a la escena. ¿Nostalgia? —le pregunto—. ¡Necesidad! —bromea—. Y deja de bromear cuando me explica que por primera vez este año los pensionistas holandeses percibirán una paga de jubilación inferior a la del año precedente. No es que el Estado haya congelado las pensiones, o que crezcan menos que la inflación. No: es que las ha rebajado en términos brutos su pensión. Menos euros en el bolsillo. (No hemos contrastado la noticia con medios holandeses, pero al menos este ciudadano lo vive así).
En fin, frente a semejante clase de panorama, que el número de visitantes haya descendido tan sólo un 2% (de 67.451 a unos 66.000) es todo un triunfo.
Esa misma razón, es decir, la tibieza del mercado, obliga a los fabricantes a moverse y a buscar plataformas de contacto con clientes, habituales y nuevos, en un escenario internacional; los tejedores españoles, por ejemplo, pudieron durante algún tiempo gozar de un fuerte respaldo en casa, con una demanda interna robustecida por la burbuja del ladrillo, pero hoy es necesario acentuar el esfuerzo en exportación, terreno que de todos modos (y particularmente la industria valenciana) nunca abandonó. Para este tipo de búsquedas, Heimtextil es la plataforma idónea en textiles para el hogar y la casa. Los expositores alcanzaron un récord de 2.658 expositores (2.601 el año anterior), con lo que el salón anotó el tercer año consecutivo de crecimiento por la parte expositiva.
El número de españoles, que ya el año pasado arrojó una bonita cifra, volvió a crecer esta vez, pasando de 94 a 100 en el informe oficial (93 en catálogo, 96 en el listado del servicio productpilot durante la propia feria). Y entre los nuevos tuvimos a uno de excepción: Desigual.
Y de excepción en todos los sentidos. Desigual es nuevo en el campo de los textiles para el hogar, recientemente introducido y con director comercial procedente de Velamen. Aporta una nota de color atípica en este mercado, y muy acorde con el estilo de la marca en indumentaria. E hizo algo inhabitual, que podíamos describir como «llegar y triunfar»: primera vez que participaba, y enorme avalancha de público desde el primer día. Eso no es sólo excepcional para un novato, sino para cualquier expositor de Heimtextil. No ves en ninguna parte (como sí se vio en Desigual) que a la hora de la apertura haya cola de visitantes a la puerta del stand. En los tres primeros días pasaron por allí 2.000 posibles clientes.
España fue protagonista también por la circunstancia de que los organizadores se fijaran en la presencia de un equipo de compras de El Corte Inglés, que en realidad siempre acude, pero al que esta vez invitaron a aportar sus impresiones de cara al informe final del evento. Pedro Hernando, director de Compras, lideró un equipo de veinte personas, y en sus declaraciones mostró su satisfacción con Heimtextil, puesto que les permite ver una amplia selección de productos y una alta concentración de fabricantes, «que sirve como base para nuestros pedidos; ninguna otra feria se le aproxima siquiera». Sus diseñadores —añadió— encuentran fuente de inspiración en el área de presentación de tendencias, organizada por el salón.
Muy atractiva la nueva disposición de los creadores de diseños para estampación, en el pabellón 4.2, ahora bajo el nombre de «Design Live», donde unos 200 expositores mostraron su talento en una disposición más densa que de costumbre, y con numeroso público. Para el observador es una zona de trabajo muy curiosa, en la que el visitante está de pie o sentado en un taburete mientras el expositor va pasando hojas, una tras otra, hasta que el comprador se fija en un diseño en particular y lo aparta para sí. Dos expositores españoles en esta área: Rafael Català, de Albuixech (Valencia), ya veterano, y que tiene asimismo stand de producto fabricado en otro palacio; y el recién llegado Estudi Drapets, de Barcelona, con experiencia hasta ahora sobre todo en diseños para moda infantil, y que quedó encantado con las ventas y los contactos realizados.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 205 — febrero 2013 ].