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Nadie discutirá que la moda, en un sentido global, sea el reino de las mujeres. Sin embargo, a veces ejercen su soberanía con poca autoridad. En el año 2015, la oleada profundamente revolucionaria (para el año que viene) la aportaron los hombres. Y además con orgullo. El escenario de su gran despliegue iconográfico fue Milán. De acuerdo, es una revolución estética que se materializará un año más tarde. Pero el impacto es ya irreversible, y el cambio del hombre, por lo profundo, es difícil de creer.

Los creadores de Milán (nada que ver con las colecciones de la confección industrial que con pocos días de diferencia se habían mostrado en el Pitti Uomo) han derribado todas las barreras de la discreción masculina. Los colores salen de fiesta. La espontaneidad sin límites destruye todo lo preconcebido. Por otra parte, la silueta oscila entre ser marcada y ser evanescente. Puede haber estampados espectaculares. Y camisas largas hasta las rodillas, bajo cortas chaquetas ajustadas. Con puertas abiertas a todas las superposiciones imaginables.

Y por este camino libre hacia la fantasía se han adentrado tanto los más serios como los más libertarios, convencidos los unos y los otros de que el año que viene todo estará permitido. En la fiesta nos encontramos tanto a Gucci como a Costume National, a Ferragamo como a Prada, a Dolce & Gabbana como a Missoni, a Bottega Veneta como a Corneliani; y a Armani, a Fendi, a Versace o a Zegna… Nadie se escapa.

La chaqueta en particular pierde sus rigideces, y cualquier criterio formal. No se sabe bien si es una camisa o un blusón. Con frecuencia va directamente sobre el cuerpo, es decir, sobre la piel. Puede ser corta y ceñida al torso desnudo, y puede ser amplia y como flotante. Para los diseñadores italianos, la chaqueta-camisa como prenda única, pero en una gran diversidad posible de tejidos y colores, puede ser la pieza emblemática de su vestuario de verano en 2016.

En el extremo opuesto, las superposiciones se multiplican. Piezas sobre piezas, con longitudes que se entrecruzan y confunden. Blusones por encima de camisolas. Y un lujo desbordante de estampados florales.

En el Pitti Uomo han querido encontrar la expresión de una síntesis: han hablado de compartir «tayloring» con «casual»… pero ¡qué «casual» tan tremendamente informal!


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 220 — septiembre 2015 ].


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