La primera nota que esta edición número 80 del salón Fimi sugiere: fue una edición muy activa. Los stands estaban trabajando, la afluencia de visitantes fue considerable, y era evidente la presencia de extranjeros de muchas nacionalidades.
Este último factor es importante: muchos de los expositores que ya tienen clientes extranjeros los deben en parte a contactos iniciados en anteriores ediciones de Fimi que, además, han tenido continuación. Y es un canal de captación que se debe incrementar.
La propia Feria estaba asombrada de la afluencia internacional que se estaba registrando en esta edición. Aparte del interés que ya se había detectado durante la campaña previa de difusión, se han presentado numerosos visitantes espontáneos, que ni siquiera habían sido contactados de una manera directa. Hicieron la reserva hotelera por sí mismos, se presentaron en la feria, realizaron sus pedidos y se fueron: el cliente ideal. Parecen ser gente solvente, de alto poder adquisitivo, que se interesa por productos de nivel (tanto en calidad como en creatividad).
Seguramente será importante que nos encuentren competitivos en precios, pero parece que nuestra principal arma de seducción es que les agrade el producto. Hay, como es natural, muchas clases de expositores. Pero los hay, en particular, que ofrecen un producto elaborado con tanto mimo que parece que la prenda hubiese sido diseñada y confeccionada como si el bebé estuviera ya dentro de ella. Es un tipo de ternura que se transmite.
Esta será una de las razones por las que nuestras exportaciones de moda infantil crecieron en el último año un 15%, significando ya el 50% de la facturación del sector industrial afectado, con un valor de 488 millones de euros, con Italia (que es uno de nuestros competidores) como primer cliente. La tendencia actual a un aumento de los visitantes de otras nacionalidades puede conducir precisamente a una mayor diversidad (que será conveniente) de la clientela.
En cuanto a los stands, en la edición anterior había algunos que habían sido montados sin coquetería. Pero en esta ocasión se notaba un cambio importante: predominaban los de aspecto atractivo y tentador. En cambio, alguno de los de gran tamaño, que por dimensión parecían querer dar imagen de poderío, carecían de gracia y, sobre todo, de calor interno, de acogida.
El abanico ferial de productos y sectores se había enriquecido con la incorporación de firmas especializadas en artículos textiles diversos, colchas y sábanas, baño, canastilla y artículos de bebé, que en otras ocasiones se han asociado más bien a puericultura.
Los desfiles, en los que participaban 22 firmas, son obviamente un elemento de promoción. Sin embargo, no siempre aportan un buen retrato de la oferta ferial, porque hay firmas con cosas muy bonitas que no participan en las pasarelas. En esta ocasión hubo además, por primera vez, una Pasarela Solidaria, con la que Fimi quiso contribuir a la mejora de la integración social de niños y niñas autistas.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 217 — febrero 2015 ].