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Según los custodios del pasado, la Barcelona Bridal Week no tuvo nunca en su pasarela un «special guest designer». Introdujo la figura este año como inicio de una estrategia de internacionalización, a seguir en el futuro, teniendo como primer objetivo los Estados Unidos. Y se buscó el testimonio de una de las mujeres de fuerte personalidad que están sacudiendo la moda en aquel país, como Katharine Polk (que ha elegido la marca Houghton), Patti Smith o Bianca Jagger.
Katharine Polk (Houghton) lanzó en 2011 la marca propia, y en 2012 presentó con ella en el Lincoln Center, durante la New York Fashion Week, dos colecciones simultáneas, una de ready to wear y otra de moda nupcial (Houghton Bride). Los expertos del sector descubrieron en ella toda la potencia de una nueva protagonista de la moda norteamericana.
Para la Barcelona Bridal Week, Katharine trajo la colección primavera/verano 2016 de Houghton Bride, y una colección cápsula de seis vestidos diseñados en exclusiva para la pasarela de la BBW. En total desfilaban veintisiete modelos inspirados en la luminosa estética de una novia «gypsy bohemian» y realizados, según su propia descripción, en «linos de seda, gasas, encajes y delicados bordados».
Las propuestas de Katharine Polk y su enseña Houghton Bride, y en particular la colección cápsula (que curiosamente parecía enlazar con la resurrección de la moda «gypsy» que se está queriendo protagonizar ahora en Hungría, donde todavía hay una fuerte comunidad gitana capaz de expresar y transmitir, se cree, su estética vestimentaria) no permitían quedarse indiferente.
Por el contrario, en Barcelona, las piezas más audaces de Katharine dejaban al público un poco estupefacto, en términos de indumentaria nupcial, ya que evidentemente estaban muy lejos del canon más o menos convencional entre nosotros. Pero quizá se trataba precisamente de eso, de «epatar». El folleto hablaba de «una boda espontánea en tierra extranjera con el alma gemela y compañero de viaje encontrado». Ya ocurrió en Barcelona en el pasado, un par de veces al menos, con diseñadores internacionales de otras especialidades, que producían, más que asombro, extrañeza. Porque no sólo en bodas se pueden soñar excentricidades.
[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 219 — junio 2015 ].
