Un traje de boda de 1953, del célebre modisto, daba acceso a la BBWF.
La Barcelona Bridal Fashion Week, que el año pasado celebró sus propias bodas de plata, lo que quiere decir que ya incorpora ella misma un cierto compromiso con la historia, en diversas ocasiones ha evidenciado su tendencia a la evocación, a la antología, a ser cronista de sí misma y de su entorno social y cultural.
En esta ocasión, esa voluntad de testimonio era evidente a través de la exposición fotográfica de Vogue, integrada por 24 imágenes de novias retratadas por autores como Arthur Elgort, Mario Testino o Eugenio Recuenco, con piezas de antología.
Y, sobre todo, cobraba una absoluta vocación de contribución física a la historia de la moda nupcial, con la incorporación a la escena de una pieza esencialmente protagonista: un vestido de novia real, es decir, auténtico y no sólo fotografiado, el que lució en su propia boda Carme Ensesa Brillas, joven de la sociedad barcelonesa que se casó el 27 de mayo de 1953 (hace más de 60 años) en la Iglesia de Sant Just Pastor de Barcelona, el cual había sido creado por el modisto Pedro Rodríguez, una de las grandes firmas de la moda española del siglo XX. El traje estaba montado sobre un maniquí en la entrada principal de la BBFW, justo en el acceso desde la zona de acreditación, con una placa informativa sobre la historia de la pieza.
Otras personas de la misma familia, en distintas generaciones, estuvieron también unidas a la obra del modisto, y muchas de las prendas que forman ese legado constituyen actualmente la colección conocida como «Guardarroba de Maria Brillas» (custodiada por su nieta, Hilda Bencomo). La pieza que se expuso en la Barcelona Bridal Fashion Week es, ella misma, de gran espectacularidad.
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[Publicado en - Junio 2016 ].
© TEXTIL EXPRES - Revista - 2016