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La edición número 87 del salón Pitti Uomo, que debía celebrarse del 13 al 16 de enero de 2015 en Florencia, ofrecía desde el principio varios alicientes en cuanto a su contenido y las novedades de concepto y de estilo que habían sido anunciadas, y al mismo tiempo se enfrentaba a algunas incógnitas. Una de tipo general, común a todas las demás manifestaciones feriales del período, era la repercusión que pudiera derivarse para cada una, de la desaparición de Bread & Butter. Otra, específica para el salón florentino, era la retirada, en las vísperas de la apertura, de la participación rusa en el certamen (tanto de sus expositores como de los creadores que iban a ser protagonistas de desfiles). Rusia era este año el país invitado, pero la situación de su economía le impidió participar.

En cualquier caso, el 87 Pitti Uomo arrancó sin vacilación alguna: abrió con una dimensión récord, alcanzando los 1.270 expositores, 70 más que los del año anterior, extranjeros en un 40%, y en la primera jornada tuvo una espectacular sorpresa en el aumento del número de visitantes, que fue del 75%; lo que en parte se atribuyó a la fecha inaugural, 13 de enero, mientras que en 2014 había abierto sus puertas el día 7, primera jornada de la campaña de saldos en las tiendas. En la convocatoria actual, el ambiente animado se mantuvo todos los días, y en la jornada de cierre, antes de elaborar el informe final, se estimaba que se había alcanzado una audiencia de 24.000 compradores (frente a los 20.800 de enero de 2014), creciendo un 20% los italianos, después de un largo período abstencionista debido a la crisis, y un 13% los extranjeros, destacando los crecimientos de doble dígito de todos los países europeos, especialmente los del Norte, con Francia a la cabeza, que en alguna medida podría atribuirse al cierre de la feria de moda urbana en Berlín. El número total de visitantes (es decir, compradores y no compradores) fue de 35.000, también un récord.

Los pasillos del recinto ferial estuvieron abarrotados durante los cuatro días del certamen, y la atmósfera era muy positiva, con todos los partícipes activos (expositores y compradores) globalmente satisfechos. Los eventos especiales organizados por el salón tuvieron mucho éxito. Y la moda masculina gozó de una jubilosa actualidad, incluidas las propuestas más radicalmente modernas y la aparición de numerosos materiales nuevos.

Nota destacada era el renacimiento del arte sartorial italiano, debido, al parecer, a que en medio de la crisis ha surgido una nueva promoción de profesionales que dará otra vez esplendor al oficio.

El 40% de los expositores procedía de una treintena de países extranjeros. Destacaba en esta ocasión la presencia de los Estados Unidos, con la operación «Born in USA», destinada a promover el «made in» norteamericano. Una veintena de marcas muy características de aquel país, con jeanswer, sportswear, vestir formal y accesorios, disponían de 800 m2 en un espacio de la Fortezza, los Archivos, que nunca hasta ahora había abierto sus puertas al público ferial.

El equipamiento para actividades de deporte y montaña fue más relevante que nunca en el ambiente de la feria. De hecho el nuevo atuendo de sport (incluyendo la colección Arrivo, del proyecto Pitti Italics, inspirada en el ciclismo) rivalizaba con el nuevo sartorial, en cuanto estilos, en el protagonismo del certamen.

Otro ejemplo muy llamativo fue el nuevo concepto de moda masculina de la marca Marni, una de las más mencionadas por los cronistas de la prensa cotidiana, que forzaba un relanzamiento de la enseña mediante la combinación de prendas funcionales y formales.

La presencia española la materializaron 24 firmas, destacando una vez más Custo Barcelona, Desigual, Florentino, A. Leyva, Lotusse, Munich, Olimpo y Santa Eulalia. Pero con varios nombres nuevos que aportan frescura y audacia en producciones específicas, si perseveran.

Entre los eventos complementarios se deben citar los de los jóvenes pero ya muy aclamados estilistas Andrea Incontri y Emilio Rinaldi. El primero es responsable del prêt-à-porter masculino de Tod's y abandonó la pasarela de Milán para refugiarse en el palacio Corsini florentino, uno de los símbolos de la historia y la cultura de esta ciudad. El segundo es el director artístico de las creaciones masculinas de la marca La Perla, que ofreció un desfile-espectáculo.

 

Pitti W, consagrado a lo experimental. Desde hace un año, como se sabe, la sección femenina del Pitti Uomo, una especie de travesura ferial que juega con el equívoco, y que se subtitula Pitti W, no tiene un emplazamiento diferenciado, con su propio acceso, sino que es una sección del recinto general, ocupando esta vez 2.000 m2 con 70 colecciones, en su décimoquinta edición. Su público específico suele ser de 4.500 visitantes.

Su oferta reúne las propuestas vanguardistas más eclécticas con las basadas en una buena relación calidad-precio. En cualquier caso, productos poco convencionales. Con cierta vocación experimental, incluido el uso de materiales innovadores como, en esta ocasión, el neopreno.

Allí se enmarcaba el año pasado la oferta ucraniana que formaba parte de su aportación de país invitado. Pero este año ese país se abstuvo de participar por las circunstancias de conflicto bélico que atraviesa.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 217 — febrero 2015 ].


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