Web Analytics

ARTÍCULO PRIME
TEXTIL EXPRES - REVISTA 254

La sucesión en la Presidencia se llevará a cabo al finalizar el primer trimestre natural de 2022.

Relevo en Inditex (1): No basta con heredar (aunque llevarlo en la sangre ayuda). (Actualizado).

 

La noticia: Marta estaba dispuesta. Y la empresa, también.

Publicábamos hace unas semanas en Textil Exprés (como todo el mundo hizo) que Marta Ortega, hija del fundador de Inditex, Amancio Ortega, se mostraba abierta a nuevas posiciones en el grupo. Más o menos, dispuesta a lo que el grupo quisiera de ella. Lo hizo en una entrevista concedida al Wall Street Journal, con «posado de modelo», muy elaborada, con estilismo fotográfico... un auténtico publirreportaje personal. Era evidente que se preparaba el relevo. No había que ser muy ingenioso.

El anuncio en tal sentido ya se ha consumado. Marta Ortega Pérez, a iniciativa del actual presidente, Pablo Isla, y de Amancio Ortega (fundador, accionista mayoritario y padre de Marta), ha sido designada por el Consejo de Administración de Inditex nueva presidenta, nombramiento que se hará efectivo el 1 de abril de 2022. El relevo se producirá, por tanto, al finalizar el primer trimestre del año natural. Y dentro del primer trimestre de su año fiscal, que comienza el 1 de febrero.

Simultáneamente, Óscar García Maceiras, hasta ahora secretario general y del Consejo, ha sido nombrado consejero delegado de Inditex, este con efectos inmediatos desde finales de noviembre.

 

Hay otros cambios.

Cesa Pablo Isla como presidente y miembro del Consejo y de su Comisión Ejecutiva, con efectos el 31 de marzo de 2022.

Cesan (por renuncia):

Carlos Crespo González como consejero delegado y miembro del Consejo y de la Comisión Ejecutiva. Permanece en la empresa como director general de Operaciones, Transformación Sostenible y Digital.

Óscar García Maceiras como secretario general y del Consejo, y de otras comisiones. Es nombrado (como antes hemos dicho) consejero delegado.

Javier Monteoliva Díaz, como vicesecretario del Consejo de Administración. Es nombrado secretario general del mismo, y de las comisiones de dicho Consejo.

Adicionalmente, se constituye un Comité de Dirección, al que se incorporan:

Carlos Crespo González, director general de Operaciones, Transformación Sostenible y Digital, Inditex.

Pablo del Bado Rivas, director general de Pull&Bear.

Miguel Díaz Miranda, director financiero y de Operaciones de Zara.

Ignacio Fernández Fernández, director general de Finanzas de Inditex.

Javier García Torralbo, director general de e-Commerce de Zara.

Begoña López-Cano Ibarreche, directora general de Personas en Inditex.

Beatriz Padín Santos, directora de Mujer en Zara.

Jorge Pérez Marcote, director general de Massimo Dutti.

Óscar Pérez Marcote, director general de Zara.

 

Primera reacción: escaso entusiasmo en Bolsa ante la noticia del relevo.

En materia bursátil no hay que alarmarse por el comportamiento del mercado en una sola jornada. Sin embargo, debe tomarse nota de que el inversor recibió mal, a bote pronto, la noticia del relevo en la Presidencia de Inditex. Así lo indicó el comportamiento de la primera jornada tras la noticia en el mercado de acciones.

Es cierto (y seguidamente lo analizamos) que la cotización de Inditex ya estaba sufriendo otras presiones bajistas. Desde el 10 de noviembre (en que la acción se pagaba a 32,28 euros) y hasta el día 29 se había dejado un 8%. Pero los cambios anunciados al amanecer del martes 30 de noviembre no despertaron confianza, al menos en las primeras horas posteriores a ser publicados. En una sola jornada perdió un 6%.

¿Era por el nombramiento de Marta Ortega (que va más allá de lo que se dejaba entrever en septiembre —cuando se lanzó la operación de imagen para catapultarla—), o por la salida de Pablo Isla?

En realidad, con una Presidencia que (a diferencia de su antecesor Isla) se le entrega despojada por el momento de poder ejecutivo, no es Marta Ortega quien debe ganarse el respeto de los inversores. Al menos, por ahora. Sino un directivo gallego de escasa trayectoria en el ramo, Óscar García Maceiras, nuevo consejero delegado, a quien los accionistas no han tenido tiempo de calibrar. [Claro está que es la persona de confianza de la familia materna de Marta, mientras que el presidente saliente tenía su propio protegido —ver otra nota—].

La cotización de Inditex no era en aquel momento mala. Y no lo es cuando se cierra 2021. Incluso con los últimos descensos, al acabar el año se sitúa por encima del dato de mediados de julio, o del de primeros marzo, por no hablar de su ganancia de valor desde el inicio anual. Si tomamos una serie de once meses, al acabar 2021 está más o menos un 15,7% por encima del dato del 2 de febrero. Pero sigue un 5% por debajo de la cotización del día anterior al anuncio del relevo.

El impacto bursátil de la noticia solo puede medirse en la primera jornada. El resto de la evolución tiene que ver con múltiples factores. La confianza del dinero en los títulos de Inditex ha oscilado durante el año, con dos picos por encima de 32 euros, un valle en julio y otro digamos que decembrino, pero todo ello por encima del comienzo de ejercicio bursátil.

La trayectoria inicial del año fue buena, ascendente, a la par que todo el sector recobraba niveles de actividad perdidos con la pandemia de 2020. El frenazo de noviembre en forma de meseta tiene que ver con toma de plusvalías, y el descenso de diciembre está más relacionado con la nueva variante ómicron del coronavirus detectada en Sudáfrica y el inicio de la sexta ola de pandemia, que afectó a numerosos valores en todas las bolsas (y particularmente los de compañías ligadas a turismo y comercio). Nada que ver con el relevo al frente de Inditex, que solo pudo medirse —decíamos— el primer día, entonces con una pérdida de peldaño en escalón, de golpe, pues a las 09:00 de la mañana del 30 de noviembre ya cotizaba a 28,50 euros, frente a los 29,67 con que había cerrado la víspera. Debe añadirse que el anuncio de ceses y nombramientos se produjo el mismo 30 de madrugada, fuera de horario bursátil.

Eso es lo que da la medida indicadora de que la noticia del relevo de Pablo Isla en la Presidencia de Inditex no ha gustado. Y puede añadirse que no es tanto una mala reacción ante el nombramiento de Marta Ortega Pérez como nueva presidenta (sin responsabilidad ejecutiva, hemos dicho), como ante la marcha de Pablo Isla.

La salida inmediata de Carlos Crespo como consejero delegado, por más que permanezca como director general de Operaciones, Transformación Sostenible y Digital (abandonando el Consejo y la Comisión Ejecutiva, aunque dentro del nuevo Comité de Dirección), es una pérdida de talento experimentado, en el máximo nivel; era, por otro lado, mano derecha de Pablo Isla.

Podría haber inspirado confianza el nombramiento para esa posición de consejero delegado en la persona de Óscar García Maceiras, aunque su cargo precedente, como secretario del Consejo, no aporta experiencia ejecutiva, y el mercado carece de suficientes datos para calificar al directivo. Ha trabajado como abogado del Estado (en el caso del vertido del petrolero Prestige, por ejemplo) y, en el sector privado, en Bancos (Popular, Pastor, Santander —que absorbió a ambos, y cuya área legal dirigía antes de su entrada en Inditex—); también en la Sareb, Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria. No son credenciales suficientes para intuir qué podrá hacer al frente de Inditex, salvo que el objetivo sea liderar una reestructuración societaria todavía mayor y, en su caso, alguna compra-absorción-integración.

El nuevo consejero delegado, Óscar García, de 46 años de edad, entró en Inditex en marzo, como secretario general y del Consejo. Solo llevaba en el puesto y en la empresa, por tanto, ocho meses. Sin embargo, será el hombre clave en los próximos tiempos. Y su incorporación seguramente ya se hizo con vistas a ocupar en breve el cargo que ahora le ha sido otorgado. A diferencia de Isla, nacido en Madrid, Óscar García Maceiras es tan gallego como el grupo que va a dirigir. Vino al mundo en Coruña, a menos de diez kilómetros de donde tiene la sede Inditex.

Tampoco debe extrañar mucho su bagaje: Pablo Isla era igualmente abogado del Estado, tenía experiencia en el mundo bancario, y cuando entró en Inditex procedía de la tabaquera Altadis, sin ninguna experiencia previa en textil/moda ni en distribución, pero con sólidos conocimientos y capacidad demostrada para asumir el liderazgo y el desarrollo de un gran grupo. Contaba con 41 años al incorporarse a Inditex (actualmente tiene 57). Por tanto, era entonces más joven que ahora el nuevo consejero delegado.

En la fase preparatoria de estos cambios, cuando en septiembre apareció el reportaje (casi «publirreportaje») de Marta Ortega Pérez en el Wall Street Journal, se dijo que la segunda hija de Amancio Ortega estaba dispuesta a asumir más responsabilidades, pero también se sugirió que sus ambiciones personales inmediatas eran modestas. Estaba dispuesta a ir a «donde la empresa más me necesite», pero preferiblemente «algo cercano al producto». También declaró que «no sabe nada de las grandes cifras» del grupo Inditex, de las que «ni siquiera queremos hablar» en las reuniones que sostenía con los cargos de Zara Woman, donde ella venía trabajando sin un cargo concreto ni una mesa fija, y se ocupaba básicamente de supervisar la gestión de la imagen de la marca, los diseños y la comercialización.

No proyectaba, pues, un perfil calificado para dar el salto máximo a la Presidencia, sino a un cargo directivo más concreto, mejor definido, pero en un nivel intermedio.

Las frases de Pablo Isla citadas en aquella entrevista, indicando que Marta «es muy humilde» pero «tiene opiniones sólidas sobre muchas cosas diferentes», apuntaban a su capacidad general para una diversidad de materias, pero no a su madurez para una máxima posición. Ahora bien, ocupará una Presidencia no ejecutiva, con lo que en realidad encarnará la propiedad, y en principio no mucho más, aunque es obvio que sus puntos de vista merecerán algo más que una cortés atención (probablemente esto ya era así, por el mero hecho de ser la hija del dueño). Esa Presidencia no ejecutiva puede ser equivalente al cargo intermedio que se podía esperar, solo que con mayor rango; a la espera de que madure todavía más su propia capacidad de liderazgo, asistida por un consejero delegado eficaz.

La propia Marta Ortega señalaba en septiembre, con razón, que las cosas no dependen de una persona sino de un equipo, y que su padre Amancio Ortega sobresalió por su habilidad para «encontrar a la mejor persona para hacer cada cosa».

En ese sentido, los inversores de Inditex quizá deberían meditar sobre el hecho de que lo importante en el grupo, con las dimensiones actuales, es la composición de ese equipo, más que la persona que esté en la cúpula.

Una de las mayores virtudes de Pablo Isla ha sido pilotar la nave gestionando a una buena oficialidad. Y debe tenerse en cuenta que él mismo ha sido uno de los artífices de la transición que ahora se emprende, y que culminará a finales de marzo próximo. Es tiempo suficiente para entrenar al nuevo consejero delegado y ganar la confianza de los mercados, suponiendo que no la obtenga mucho antes, quizá en estos mismos días.

Y es que la clave de todo, como antes hemos dicho, no estará en la fe que inspire a los inversores la hija del dueño, sino el nuevo primer ejecutivo. Óscar García será el nuevo piloto del navío, nombrado por el propietario del buque, Amancio Ortega, quien, con 85 años de edad, debía ya prudentemente planificar un futuro post-Amancio. Todo ello, auxiliado por el Consejo. Y, ahora, con su hija en la Presidencia no ejecutiva. Pero con mando en plaza, sin duda.

© TEXTIL EXPRES


Cron Job Starts