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Textil Exprés Revista Digital 259

El textil/moda no puede olvidar que está en un mundo globalizado, y puede haber problemas de velocidad.

«Me gustaría hacer dos reflexiones. La primera es que Europa no está sola en el mundo. Creo que es un hecho claro y que a veces se olvida. Y no podemos olvidarnos del entorno en el que estamos y que la sostenibilidad es global, no solamente de Europa. La segunda es que la industria textil la componen muchos sectores, con mercados desde el agroalimentario hasta los EPIS [equipos de protección individual], fundamentales por la innovación, o la automoción, que es fundamental para muchas compañías textiles españolas.

«Me gustaría hacer dos reflexiones. La primera es que Europa no está sola en el mundo. Creo que es un hecho claro y que a veces se olvida. Y no podemos olvidarnos del entorno en el que estamos y que la sostenibilidad es global, no solamente de Europa. La segunda es que la industria textil la componen muchos sectores, con mercados desde el agroalimentario hasta los EPIS [equipos de protección individual], fundamentales por la innovación, o la automoción, que es fundamental para muchas compañías textiles españolas. En la parte de tejidos técnicos, desde la protección al fuego, a la intemperie y al agua, la protección de los ejércitos, el calzado, e incluyendo los no textiles, en donde en estos sectores (además de en la moda) se innova de una manera constante». Así lo dijo Juan Parés, CEO de Textil Santanderina y vicepresidente del Observatorio Textil y de la Moda OTYM, en la jornada sobre Retos del Sector Textil y de la Moda en el ámbito de la Sostenibilidad, celebrada el 8 de julio de Madrid.

«A partir de estas dos reflexiones, debo decir que la estrategia no es suficiente. Nosotros tenemos que pensar que la sostenibilidad debe estar en la cultura de las empresas. La estrategia está muy bien, pero, mientras no esté dentro de la cultura, no vamos a innovar ni a desarrollar ni a reciclar y, sobre todo, no vamos a diseñar con los conceptos que realmente necesita la empresa.

»Y, además, si está en la cultura, alinearemos las inversiones con los objetivos claros de rentabilidad de las compañías, que son lo fundamental para desarrollar el futuro de las mismas. Sin rentabilidad no existe empresa y, si no existe empresa, pues seremos muy sostenibles, pero no sé de qué manera.

»Para mí la economía circular es fundamental, como lo es la trazabilidad para demostrar con transparencia lo que hacen las empresas. Eso tiene que estar también en la cultura y en el ADN de las compañías. Y no me quería olvidar de la investigación. Es el primer paso de la innovación. Si no investigamos y no ponemos en práctica la investigación (que consiste en no hacer solamente libros o proyectos que sirvan para doctorandos, sino que debe llevar a la innovación y, por supuesto, a un producto que llegue al mercado y al consumidor), pues va a ser muy difícil que hagamos una empresa sostenible y por lo tanto duradera».

Juan Parés cree que en materia de sostenibilidad, y a partir del PERTE de Economía Circular, «tenemos un reto importante, y debemos presionar para que esos medios de los que nos hablan lleguen a las pymes. Pero realmente creo que tenemos también una luz. La luz siempre es sinónimo de esperanza y al final yo creo que lo que tenemos que aprovechar las oportunidades, que es lo único que tenemos en las manos, sin olvidarnos de algo que para mí es básico, que es por donde he empezado: No estamos solos, tenemos que mirar qué hacen en Asia que hacen en China y qué hace Europa con sus fronteras y con sus impuestos. Creo que es fundamental que trabajemos en igualdad, cosa que hoy creo que no se produce».

Por otro lado, es importante «crear ecosistemas en donde todos vayamos con esa cultura de la que hablaba, en el mismo sentido, con el mismo objetivo. Yo creo que nuestro sector textil industrial ha dado pasos importantísimos en los últimos 20 años. Cuando hablo de ecosistema hablo de fabricantes de maquinaria, productos químicos, productos naturales, tratamientos de agua que han evolucionado de una manera brillante (hoy se puede tratar el agua y a la vez producir energía, y hay plantas piloto y alguna compañía que ya está implementando eso), hablo de la logística (fundamental para todos los que estamos aquí y que nos crea unas distorsiones importantes), las emisiones del Alcance 3 [de la cadena de valor]...». En todo eso es necesario trabajar y mejorar para ganar sostenibilidad, pero también rentabilidad en las operaciones.

La industria textil actualmente tiene varios factores de presión. Uno es muy actual y quizá no tiene mucho que ver con sostenibilidad. «Hoy mi reto, y el reto de la industria, se llama gas. Para ser claros y concretos, si queremos ser competitivos, necesitamos materias primas competitivas, y hoy el gas nos está poniendo las cosas muy difíciles».

Hay otros elementos de stress. «Entre los factores que más nos presionan, el primero es el consumidor, porque intentamos dar respuestas y anticiparnos a lo que demanda y eso siempre es una presión. Lo segundo son las importaciones que llegan a Europa, que son el 80% del textil, y que de alguna manera consideramos que no tienen en cuenta las directrices que Europa está marcando. Y luego hay algo que creo que es fundamental y que me preocupa mucho; una transformación necesita tiempo. Y creo (es mi opinión personal) que Europa no está teniendo en cuenta el tiempo necesario que una transformación de este calado requiere. Y eso es muy peligroso, porque, estando absolutamente de acuerdo en los principios que marca Europa en cuanto a circularidad, sostenibilidad, digitalización y transparencia, puede poner en riesgo a la industria por no marcar un tiempo suficiente. Y esto es así por una simple razón: el mundo va a esa velocidad. Si no ajustamos el tiempo, nos podemos encontrar con un choque frontal con Asia y con Estados Unidos, que lo ven de manera diferente. Y en tal caso al final el consumidor no va a entender lo que le estamos proponiendo».

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