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Dilip B. Jiwrajka, d.g. de Alok Industries.

 

El primer ejecutivo de Royal Ten Cate, Loek de Vries, de cuyo parlamento quedó claro que el textil técnico, sector en el que se mueve, tiene más afinidad con otras industrias que con el vestir de moda... por ejemplo, con la electrónica, ya que citó en varias ocasiones a Philips.

Thomas Babacan, primer ejecutivo de Oerlikon Textile, quien se remontó a la historia de la máquina «Jenny», en el origen de la industrialización, que unió siete procesos de manufactura y motivó el cambio de la producción en granjas al nacimiento de la industria de masas; y a partir de ahí glosó el estado de la innovación en maquinaria... superpuesto a un cambio en la geografía de la industria, cada vez más concentrada en Asia (que próximamente aportará, según Babacan, más de tres cuartas partes de la producción textil mundial). El textil, dijo, es un producto básico pero flexible, ligero y «cost-effective», con un vasto mercado modelado por la tecnología y ensanchado por la innovación. Y las tendencias principales que se observan entran en el campo de la sostenibilidad: maquinaria y procesos orientados a mejorar la huella ecológica, reduciendo el desperdicio de materias primas y aumentando la eficiencia energética.

Philip Chamberlain, responsable de sostenibilidad en C&A Europe, habló de los orígenes de las políticas de responsabilidad social corporativa, impulsadas por la demanda de ONGs, y que ha discurrido desde la gestión de los desafíos sociales en la cadena de suministro (como la supresión del trabajo infantil), en los años 90, hasta la actual proliferación de códigos y estándares enfocados al «ethical sourcing» o aprovisionamiento ético. En la actual década lo que veremos será una filosofía de partenariado a lo largo de la cadena, presidido por la idea de sostenibilidad.

Barry J. Eichengreen, profesor de Economía en la Universidad de Berkley, fue quizá la nota discordante en la jornada, al ir contra el consenso general, puesto que expuso su teoría de que Estados Unidos y la India son los principales candidatos a liderar el crecimiento industrial a medio plazo, mientras que dos potencias actuales (China como país ensamblador, Alemania como sede de la «industria de prestigio») se enfrentarán a serios desafíos. Los modelos económicos predicen que el crecimiento acelerado de China no puede extenderse más allá de 2015: nadie puede invertir el 50% de su PIB productivamente en un largo período, y el país deberá afrontar problemas de créditos dudosos en la banca; y Alemania depende demasiado de sus ventas de bienes de equipo a China, que dejará de ser un buen cliente. Los EE.UU. tienen a su favor que todavía son un país de inmigración, y que está cambiando su modelo basado en consumo interno a otro basado en exportaciones. En cuanto a India, tanto su estructura poblacional como el ritmo actual de crecimiento anual, importante pero sostenido, en torno a un 8%, hace prever un sólido comportamiento general a medio plazo.

Dilip B. Jiwrajka, director general de Alok Industries, habló sobre la capacidad de la India para convertirse en la próxima potencia del sector textil, con un discurso centrado en su propia experiencia empresarial.

 

 

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Du Yuzhou, presidente del Consejo Nacional Chino del Textil y el Vestir.

 

 

De máxima expectación puede calificarse la ponencia de Du Yuzhou, presidente del Consejo Nacional Chino de Textil y Vestir, y anterior titular del Ministerio Textil de China. Exhibió una colección de datos apabullantes. En el textil chino trabajan 23 millones de empleados en la industria textil. La globalización aportó a este sector posibilidades de actualización y mejora, con el aumento de los intercambios comerciales y el flujo de capitales de Hong Kong y Taiwán a China. La crisis de los mercados mundiales ha coincidido con un mayor crecimiento del mercado interno, pero también con un reenfoque de la producción: «algunos están preocupados por el crecimiento de China, pero debo decir ahora que estamos enfocados hacia un crecimiento en valor». Quizá por eso, si de enero a julio de este año 2011 las exportaciones sólo creciendo un 12% en volumen, lo hicieron un 25% en valor. Nace una nueva era apoyada en la tecnología (China está desarrollado una «super-imitación de la fibra del algodón», de la que espera producir 80 millones de toneladas anuales) y en la inversión en marcas, en sostenibilidad y en recursos humanos, que figuran dentro de los objetivos del 12º Plan Quinquenal. Internacionalmente, «China quiere trabajar con otros países sobre una base win-win».

El cierre de la jornada corrió a cargo de Rufus H. Yerxa, director general adjunto de la OMC, quien ofreció una perspectiva sobre el comercio internacional de textiles. Es la persona a la que se alude en un editorial de este número, por la frialdad con la que expuso cómo los acuerdos internacionales han creado ganadores y perdedores, citando el ejemplo de Méjico, que era el primer proveedor de los EE.UU. y ahora ha caído muy por detrás de China y de otros proveedores. Proclamó las bondades del retorno del textil a las normas de la OMC, y se felicitó de que no estemos ahora, como habría ocurrido hace unos diez años, hablando de discusiones sobre cuotas en el comercio mundial. Y habló por último de la Ronda Doha de negociaciones sobre mayor liberalización del comercio, prácticamente atascada en la discusión agrícola, y con un «impasse entre niveles de ambición y de compromiso». Formuló una reflexión final, que habrá agradado a unos y amargado a otros: «señores, su industria ha ayudado mucho al realineamiento global», y «en el largo plazo, la predicción para su sector es buena».


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 198 — diciembre 2011 ].


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