Veremos sonrisas más pequeñas de la marca, si prospera su iniciativa orientada a acabar con las cajas de cartón.
Las autoridades están empujando a las compañías a ser más sostenibles, a base de ser también más austeras, lo que suele repercutir en costes o incomodidades para los consumidores. Por ejemplo, recuerden que antes no pagábamos por las bolsas en que los comercios nos entregaban los productos que habíamos adquirido. La sostenibilidad ha sido un buen argumento para justificar algo que de otro modo no habríamos aceptado.
Ahora, el gigante de la venta online, a saber Amazon, quiere anticiparse a una normativa de envases y residuos de envases que está tramitándose en el Parlamento europeo.
España va en esto un poco por delante, con una administración que quiere ser pionera en materia medioambiental. Así ha promulgado una normativa de plásticos que prácticamente nadie aplica todavía en Europa, como acaba de recordar el presidente de Aecoc.
En el caso de Amazon, ahora se ha sabido que aspira a eliminar sus tradicionales cajas de cartón, en la confianza de que los productos irán autoenvasados por el fabricante en algún formato que sea susceptible de viajar y entregarse adecuadamente, de tal modo que baste con ponerle una etiqueta de Amazon con los datos del pedido y del envío, o, en su caso, que Amazon pueda colocarlas en una bolsa de papel a medida, con la respectiva etiqueta, por supuesto. Así se reduciría volumen (fundamental en el transporte), cantidad de materia empleada (cartón), y se obraría de forma más sostenible.
Ciertamente, también disminuirá la visibilidad de una seña de identidad de Amazon, ya que el consumidor es consciente de la ubicuidad de la empresa y la importancia de la misma por las cajas que vemos transportar, o los cartones ya usados que vemos en segundos usos por parte de los usuarios, y que actúan como una suerte de anuncios ambulantes, con la característica sonrisa de la empresa.
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