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El extraño rapero negro, presunto supremacista blanco y antisemita, ve cancelado el contrato de Yeezy.

«Black lives matter» (las vidas de los negros importan) es una frase que se convirtió en los EEUU en un grito de protesta contra las frecuentes muertes de ciudadanos negros en ese país a manos de policías, a menudo en clarísimos excesos de violencia ejercida contra delincuentes menores, o incluso contra ciudadanos corrientes que, por el color de su piel, resultan sospechosos para un sistema dominado por prejuicios. Un rapero de color negro al que muchos conocemos todavía como Kanye West, aunque ahora se hace llamar Ye, escandalizó a la Semana de la Moda de París hace pocas semanas por lucir una camiseta con el lema «White Lives Matter», que parecía mofarse de las reivindicaciones de su propia raza.

El rapero, que en julio dijo que se presentaría a las elecciones de medio mandato en los EEUU con la formación política «Birthday Party» (pero no llegó a tiempo, por plazos), y del que se sabe que padece un trastorno bipolar (aunque él afirma que lo que sufre es privación de sueño), tuiteó poco después que «tengo un poco de sueño esta noche, pero cando me despierte voy a hacer 'death con 3’ en gente judía». Es un juego de palabras con Defcon 3, una fase en el sistema de alerta militar de los EEUU, pero parecía que iba a causar la muerte («death») de judíos.

Entre unas cosas y otras (supremacismo blanco —paradójico en un negro—, antisemitismo), además de hacer ruido ha logrado que firmas con las que colaboraba cancelen sus contratos. En octubre, Balenciaga, una agencia de cazatalentos, la cadena de tiendas de moda Gap y el banco JP Morgan rompieron relaciones comerciales con el rapero, que les aportaba imagen. Lo más importante fue el anuncio a finales de ese mes por parte de Adidas de que ponía fin al acuerdo con Ye, por el que comercializaban ropa bajo la marca Yeezy, cuyos productos Adidas ordenó retirar de inmediato del mercado. La asociación llevaba funcionando diez años y Adidas la había calificado como una de las de mayor éxito en su historia. Cancelar esa línea de producto le reportará una pérdida neta de 250 millones de dólares este año.

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