La Chaqueta Glaciar, a partir de textiles usados para salvar un glaciar del Tirol, es una apuesta de Lenzing por el reciclado de no-tejidos.
Ya hemos leído en años anteriores sobre las diversas técnicas que se proponen para salvaguardar unos glaciares alpinos en regresión por el cambio climático... ya sea por una voluntad conservacionista (mirada ecologista) o, en algunos casos para proteger el esquí de verano (mirada económica).
La cobertura de los glaciares en verano con textiles blancos, que reflejan la luz solar, es una de las propuestas ya experimentadas en varios lugares. El grupo austríaco Lenzing ha entrado en ese terreno, pero desde una perspectiva novedosa: empleo de geotextiles para proteger los glaciares... y reciclado posterior de esos geotextiles, para que no vayan a parar a la basura después de su uso. De hecho se reconvierten en moda, es decir, en prendas de vestir. Y eso que utilizan fibras biodegradables, que se sobrentiende que son compostables. Pero no: no quieren limitarse a reciclar devolviendo rápidamente el textil a la naturaleza, sino que creen oportuno un período intermedio de reutilización.
Grupo Lenzing informa que «ha creado un concepto único e innovador que contribuye a la protección sostenible de nuestros glaciares, al tiempo que inspira la acción colectiva para prácticas sostenibles y una economía circular en los sectores de no tejidos y cadena de valor textil».
Este fue objeto de una presentación titulada «Hilos Glaciales: De los bosques a los textiles del futuro», que tuvo lugar dentro de las celebraciones del Día Internacional de los Bosques, en el Palacio de las Naciones, Oficina de las Naciones Unidas, en Ginebra, Suiza.
«El derretimiento de los glaciares se está viendo gravemente afectado por el calentamiento global. Los geotextiles se utilizan para proteger el hielo y la nieve. Sin embargo, los no tejidos utilizados para ello están hechos de fibras de origen fósil, lo que permite que los microplásticos ingresen al valle a través de arroyos y puedan entrar en la cadena alimentaria a través de pequeños organismos y animales. Los no tejidos fabricados con fibras celulósicas Lenzing, que son biodegradables al final de su ciclo de vida y pueden reciclarse completamente, son la solución sostenible a este problema», nos dicen.
Se hizo una primera prueba cubriendo una pequeña superficie del glaciar de Stubai (en el Tirol, donde por cierto hay una estación de esquí normalmente abierta de octubre a junio, a 50 minutos de Innsbruck) con un nuevo material de fibras Lenzing. Se salvaron cuatro metros de hielo del derretimiento. Así lo confirma un estudio realizado por la Universidad de Innsbruck y los operadores austriacos de elevación de glaciares en el Stubai. En 2023, el proyecto piloto se amplió con éxito a todos los glaciares austriacos frecuentados por turistas.
En un orden diferente, el año pasado el proyecto obtuvo el primer lugar en los premios suizos Bio Top por innovaciones en madera y materiales.
Lenzing explica que ha tomado este proyecto de innovación como una oportunidad para inspirar acciones colaborativas hacia prácticas sostenibles y la circularidad en la cadena de valor textil. «Junto con una red de socios comprometidos e innovadores, Lenzing está trabajando en el procesamiento de geotextiles para convertirlos en nuevas fibras textiles, dándoles una segunda vida como prenda. El uso de geotextiles suele limitarse a dos años, transcurridos los cuales los no-tejidos se desechan. En la primera fase del proyecto piloto, se probó con éxito el reciclaje de telas no tejidas fabricadas para geotextiles y se produjo una moderna 'Chaqueta Glaciar’, que demuestra que el reciclaje de geotextiles es viable. Además de Lenzing, la red incluye Marchi & Fildi Spa, especialista en el campo del reciclaje mecánico, el fabricante de tejidos vaqueros Candiani Denim y el estudio de moda de vanguardia Blue of a Kind».
El innovador concepto fue puesto en escena artísticamente por uno de los artistas contemporáneos más influyentes, el maestro italiano Michelangelo Pistoletto, y presentado el 21 de marzo en el marco de las celebraciones del Día Internacional de los Bosques en el Palacio de las Naciones, sede de la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (ONUG).
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