Isak Andic no pudo completar su sueño. El velero, actualmente en reparación, formará parte de la herencia.
Dar la vuelta al mundo en un velero puede ser más lento hoy en día que hace quinientos años. El guipuzcoano Juan Sebastián Elcano tardó tres años (menos catorce días) en circunnavegar el planeta Tierra, y eso a pesar de las incidencias del recorrido, que hicieron que su capitán inicial, Fernando de Magallanes, pereciera en una batalla en Filipinas, y que de las cinco naves que comenzaron la navegación solo la completase una.
El recientemente fallecido Isak Andic, fundador, dueño al 95% y presidente no ejecutivo de Mango, compró en 2008 un velero por 30 millones de euros. Es el Nirvana-Formentera, de 53 metros de eslora y 11 de manga (para no marineros, medidas de largo por ancho). Con él solía navegar por el Mediterráneo en el estío, y por el mar Caribe o el océano Pacífico en otras temporadas.
En 2014, cuando comenzaba una progresiva jubilación fáctica de las tareas ejecutivas, inició una vuelta al mundo en barco. Había dejado Mango en manos de su hijo Jonathan Andic y del directivo Daniel López, pero la nave de la empresa comenzó a hacer agua y el fundador tuvo que cambiar de timón, dejando el velero y regresando a la rueda de gobierno de Mango, al igual que su hermano Nahman Andic, que ya estaba jubilado.
Tanto Jonathan Andic como Daniel López continúan en Mango con cargos ejecutivos, y nadie les responsabiliza del bache de aquel período (2013 a 2016), ya que estas cosas suceden en cualquier parte, los ensayos en cambio de gestión (en este caso la propuesta de democratizar más la moda de Mango) son necesarios y no siempre salen como se esperaba, y lo importante es saber maniobrar de acuerdo con las condiciones del mar y de los vientos, rectificando el rumbo cuando proceda.
Los que le conocen afirman que Isak Andic había retomado su idea de circunnavegar el mundo en su yate-velero, aunque fuera una navegación por etapas, interrumpida por los actos obligados de índole familiar, personal, y de representación profesional.
En el pasado otoño navegaba por el Pacífico Sur. Su yate, que no solo tiene velas sino también motor, se averió. Recaló en Nueva Zelanda para reparación y allí continúa. Forma parte del patrimonio que recibirán los herederos de Isak.
Han pasado once años desde que el fundador de Mango iniciase su vuelta al mundo en velero. Casi el triple que lo que duró la travesía de Elcano hace medio siglo. Es de suponer que Isak Andic vio mucho mundo en avión, pero no completó la vuelta a la Tierra en su yate.
Queda para la anécdota que la marca Mango nació hace unos veinte años cuando Andic descubrió el fruto del mismo nombre en un viaje a Filipinas. Justo donde perdió la vida Magallanes.
[Ojo, estos meses se ha escrito en prensa que el mango es originario de Filipinas. En realidad fue introducido en el archipiélago por los españoles, al igual que en Méjico, pero es originario de la ribera del océano índico: India, islas Andamán –actualmente parte de la república federal de la India- y Birmania].
Otro apunte más: la marca de tiendas Mango sin duda ha puesto pie en todos los continentes. A toda vela.
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