Se ha ido a Nueva York a retratar las prendas, con todo un icono del arte fotográfico. Pero lo importante es la misión subyacente.
FW, en términos de moda y empleando el idioma inglés, significa Otoño/Invierno (fall-winter). La firma española Desigual comunica que para esta campaña 22-23 ha abierto un «nuevo y excitante capítulo en su trayectoria, con una campaña fotografiada en Nueva York». Y no solo en NY, sino a cargo de un artista de la cámara como Mario Sorrenti, que forjó un nombre y se convirtió en un mito en las páginas de Vogue y Harper's Bazaar. La protagonista, que repite con Desigual, es la modelo Grace Elizabeth, que ha trabajado con Victoria's Secret o Esteé Lauder, y desfilado con Fendi, Chanel o Schiaparelli.
«Las imágenes en blanco y negro cobran protagonismo en la campaña, precisamente, para reivindicar la esencia de la marca», aunque también se incluyen imágenes en color. La marca dice que «huye de artificios y deja que los looks hablen: el ‘layering’ y las combinaciones audaces expresan el dinamismo, el carácter y la actitud positiva propios de la firma». Pero todo esto se plantea al servicio de una meta de orden empresarial verdaderamente importante:
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