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  • En octubre se promulgará un Plan de Moda de la Generalidad para 2011-15, que implicará a todas las corporaciones.
  • Hubo el showroom de diseñadores bastante desangelado, tres mesas redondas y el programa de desfiles.
  • Pusieron sus colecciones en la pasarela 16 diseñadores independientes, y dos firmas comerciales con renombre en el mercado.

Cerrábamos una información anterior de TEXTIL EXPRES en el momento justo de poder confirmar la celebración de la octava convocatoria del festival catalán de moda emergente 080 Barcelona Fashion, sobre el cual se había mantenido un largo silencio previo. Se desvelaban entonces dos datos esenciales: las fechas, que serían del 12 al 15 de julio, prácticamente superpuestas a las del salón The Brandery, y el escenario, que resultó absolutamente sorprendente: el edificio histórico de la Universidad de Barcelona, en la plaza que lleva el nombre de la institución, en el centro mismo de la ciudad.

La asociación de tal evento con tal espacio, aunque no supusiera ningún compromiso, le daba una respetabilidad nueva en unos momentos en los que, por razones de la penuria económica de la Administración, la pervivencia misma del plan de moda había sido puesta en entredicho.

Llegado el momento de la Apertura de la octava edición, el consejero de Empresa y Empleo, Francesc Xavier Mena, actual responsable en la materia, anunció que se prepararía en breve un nuevo Plan de Moda de la Generalidad para el período 2011-2015, lo que ya es en sí mismo una noticia fundamental, sobre todo porque ha dicho que, en esta ocasión, confluirían en el proyecto todas las instituciones catalanas actualmente implicadas en el apoyo a las manifestaciones del sector: la propia Generalidad, la Cámara de Comercio de Barcelona, y las dos entidades locales (Ayuntamiento y Feria) comprometidas en el soporte a The Brandery. Habrá que esperar al retorno de la actividad administrativa ordinaria, en el otoño, para ver qué derroteros toma esa colaboración.

Liberado hace tiempo de sus funciones administrativas o docentes, el edificio histórico de la UB, que data de 1874 y se caracteriza por una arquitectura ecléctica en la que se asocian diferentes estilos (románico, mudéjar y gótico principalmente), es hoy un centro —no demasiado utilizado— de actividad cultural en sentido amplio. El centro principal corresponde al paraninfo y al majestuoso vestíbulo. A uno y otro lado de ese centro se extienden los que fueron edificios de Letras y de Ciencias, articulados por una larga sucesión de arcadas formando galerías a dos niveles. Cuenta además con jardines exteriores.

En esa infraestructura se habilitaron en esta ocasión espacios para acoger la pasarela de desfiles, la sala de showrooms (en la que expusieron sus colecciones más de 40 diseñadores), y la de las mesas redondas, que fueron tres: sobre el trabajo de diseño concebido como artesanía, sobre la moda ética y social, y sobre la moda tecnológica y funcional (moderadas por el profesor Jürgen Salenbacher, del IED de Barcelona). Además, una de las noches tuvo lugar una fiesta fuera del recinto: en el Club Shôko.

Antes de la apertura ya se habían acreditado 267 periodistas, el 22% de los cuales pertenecía a medios internacionales, y más de 200 compradores procedentes de tiendas y almacenes de diferentes países.

Los diseñadores que exponían en el showroom se encontraron, sin embargo, bastante desamparados. El flujo de visitantes con interés comercial fue escaso. Probablemente la existencia de The Brandery operando al mismo tiempo resultó, para esta actividad en particular, una competencia muy fuerte como foco de atracción.

En otro orden de cosas, conviene llamar la atención, respecto a futuros eventos de esta clase en el mismo lugar, y sobre todo pensando en casos como el de Mango (del que luego se hablará), acerca de las posibles complicaciones de un desalojo de emergencia.

 

Los desfiles del programa esencial. La esencia del 080 es presentar, se supone que en primicia, con una temporada de avance (en este caso, para la primavera-verano de 2012), las nuevas colecciones de los llamados diseñadores independientes, que se supone carecen de una estructura empresarial.

En esta ocasión los protagonistas eran 16 firmas (18 personas, por la existencia de parejas). Ocho de moda femenina: Miriam Ponsa, Steffie Christiaens, ToniFrancesc, Juan Pedro López, Celia Vela, Montse Liarte, Mal Aimée (Leonie Hostettler y Marius Borgeaud), y Manuel Bolaño. Cinco de moda masculina: Josep Abril, Jan Iú Més (Jan Zamora y Alfonso Peña), Ehud, Karlotalaspalas y Omar Kashoura. Y tres de ambas modalidades: Brain & Breast (Angel Vilda), Eleftheriades y Krizia Robustella. Esta vez, sólo cuatro de las firmas eran extranjeras.

 

Los desfiles de firmas consagradas. Por primera vez, el octavo 080 incluyó, para sorpresa de todos, dos desfiles pertenecientes a otra órbita del universo de la moda: la de las colecciones de gran distribución, presentadas por firmas con amplia proyección comercial.

La primera fue la empresa TCN, de lencería y ropa de baño, en la víspera de la apertura del programa, y la segunda, la matriz del grupo de distribución Mango, con moda comercial para otoño-invierno de 2011 (ya que en este tipo de negocio se opera con plazos de creatividad y lanzamiento muy cortos), en la segunda jornada del programa. Ambas firmas desentonaban del conjunto, y rompían totalmente su filosofía básica, puesto que no son jóvenes ni carecen de estructura, sino empresas consolidadas y de larga trayectoria; es decir, maduras.

En el caso de TCN aún había cierta justificación (desde luego tangencial) para su presencia, pues su fundadora y diseñadora Totón Comella figuró tiempo atrás entre el cuadro de diseñadores representativos de la creatividad barcelonesa en la moda, y su marido y gerente José María Donat fue el último directivo que intentó mantener el espíritu de la Pasarela Gaudí antes de que los nuevos proyectos del «tripartito» diseñaran una política de moda diferente para la Generalidad. En el intermedio desde entonces ha desfilado en Madrid, siempre suspirando por una plataforma en Barcelona. Totón afirmó que en lo sucesivo le gustaría presentar en Madrid la moda exterior y en la capital catalana la lencería y el baño.

Las posibles conexiones de Mango con 080 eran mucho más difíciles de intuir. Ni se mueven en esferas económicas afines, ni tienen esquemas de creatividad complementarios. Para Mango, la intervención del diseñador en su proceso empresarial es anónima. Su desfile, por otra parte, como todos los suyos, fue un acto social importante pero sólo para su público específico.

Diversos diseñadores del colectivo 080, entre ellos algunos de los más significados, expresaban su perplejidad ante esta confusión de planos, aunque posiblemente los organizadores habrán acabado dándoles buenas razones.

 

Los premios, para Bolaño y Karlotalaspalas. El calendario de los pases específicos de 080 Barcelona lo abrió la manresana Miriam Ponsa, con un desfile inspirado, sobre todo en cuanto a las prendas de cabeza, en los atuendos típicos de las fiestas regionales de esta Comunidad.

Para Toni Francesc, diseñador de Barcelona, que ahora proyecta instalar tienda en El Born, se trataba de un debut en el festival catalán, después de cuatro años de intervenir en pasarelas de Nueva York.

El también barcelonés Juan Pedro López había participado en la edición experimental 0 de esta pasarela, estando luego ocupado en trabajos de estilismo y en abrir una tienda. Se trataba, pues, de un retorno.

Josep Abril, eterno figurante entre los emergentes, aunque en realidad tiene una ya larga trayectoria profesional, estaba encantado de ver la moda introducida como acontecimiento natural en un recinto universitario, y su desfile, concretamente, en el Claustro de Ciencias.

Como en cada convocatoria, al final hubo la adjudicación de premios. El destinado a la moda masculina fue para la colección de Karlotalaspalas, diseñadora nacida en Pamplona y afincada en Barcelona, que ya en enero de 2010 compartió este mismo trofeo con Jan Iú Més. Su colección de este año estaba inspirada en la escultura «Cristo Velato» de Giuseppe Sanmartino, en la capilla de San Severo en Nápoles. El de moda femenina se adjudicó a Manuel Bolaño, nacido en Barcelona pero criado en Galicia, región cuya fuerza inspiradora se revela en todas sus colecciones; es uno de los diseñadores más aplaudidos del 080. Cada uno de los galardonados recibió 10.000 euros.

Y ahora, todos esperando a que el «conseller» vuelva a hablar.


[Publicado en TEXTIL EXPRES Suplemento 196 septiembre — 2011 ].


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