La compañía de calzado y ropa deportiva ha registrado un tercer trimestre mejor de lo esperado.
Después de que el rapero Kanye West hiciera comentarios racistas y antisemitas, la marca alemana de calzado y ropa deportiva Adidas rompió el contrato que tenía con el mismo, de apoyo a su submarca de zapatillas Yeezy. Eso fue a finales del pasado año.
Adidas se vio entonces ante un dilema, sobre qué hacer con las existencias de producto. Primero pensó en destruir el stock de Yeezy, lo que le habría reportado pérdidas por 700 millones de euros. Finalmente decidió venderlo, y dedicar una parte de la facturación a organizaciones defensoras de valores de igualdad. Las ventas generadas por esa liquidación de existencias fueron de 750 millones de euros en el tercer trimestre de este ejercicio, ligeramente inferiores a las de igual período en el año anterior. Y eso contribuyo a encapsular los resultados económicos y contener los daños.
En el conjunto de actividades de Adidas, en los nueve primeros meses las ventas han disminuido un 4%, quedándose en una cifra de 16.616 millones de euros. En cuanto al beneficio neto, ha caído un 73%, siendo de 304 millones
Si nos centramos en el T3, la caída de ventas fue del 6,4%, aunque, a divisa constante, hubo un crecimiento del 1%.
Según el primer ejecutivo, Björn Gulden, los resultados fueron en ese trimestre mejor de lo esperado.
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