Ha aumentado el número de expositores, en un salón que ha sido algo eclipsado por las ferias de moda y textil de Turquía.
La historia del salón Maroc in Mode (Mim) ha sido algo accidentada en los últimos años, y no solo (como ha ocurrido con otros salones) a causa de la pandemia.
Una parte del desenfoque (y posterior reenfoque) de Maroc in Mode está relacionada con los cambios ocurridos en la entidad organizadora, la patronal textil Amith (que cuenta para el evento con el apoyo de la Amdie, agencia marroquí para la promoción de inversiones y exportaciones), víctima de algunas turbulencias en el cambio de década. Por algún tiempo su web oficial dejó de funcionar, y su integración en una organización empresarial plurisectorial rebajó inicialmente la personalidad individual de la entidad. Hubo que reorganizar cosas, y fue necesario auditar para tener mayor transparencia y certificación de las cuentas de Amith. Por tanto, problemas, pero sin mayor explicación externa.
Hace tres años comenzó lentamente el relanzamiento, con una filosofía «Dayem», lo que literalmente significa «siempre» (en árabe), y que pretende encarnar una visión de durabilidad, digitalización, puesta en valor de la marca marroquí y del «hecho en Marruecos», como factores para un desarrollo industrial y una apertura a nuevos mercados a base de atraer inversores.
En la recuperación de la iniciativa ferial ha costado despegar de nuevo. Particularmente la repercusión internacional de Maroc in Mode (que al menos en una de las ediciones contó para su promoción exterior con apoyo de una agencia de Naciones Unidas) ha sido menor, tal vez eclipsada por otros salones de nuevo cuño, como los de Estambul, siendo Turquía (como es) un competidor de mayor orden en el mercado europeo (y mundial) de los aprovisionamientos tipo en el sector de la moda.
Después de años de celebrarse (con una sola convocatoria anual) en Casablanca o Marrakech, en 2022 tuvo lugar en diciembre en Tánger, con unos 120 expositores. Seis meses después, en 2023 se celebró en mayo en Casablanca, de nuevo con 120 expositores, y por primera vez con una pequeña sección de «marcas marroquíes», es decir, no de fabricantes marroquíes (esos los tiene siempre, como es obvio), sino de fabricantes de Marruecos con marca propia; con un número «excepcional» de visitantes, que ascendieron a algo más de 2.300, 250 de ellos extranjeros; las noticias publicadas entonces señalaban la asistencia de visitantes de Francia, Suiza, Alemania, Estados Unidos y China. Curiosamente, no se dijo nada acerca de visitantes españoles, y es que, a decir verdad, en España la promoción fue mínima. La sensación era que Maroc in Mode había pasado a jugar en una división inferior.
Ahora acaba de tener lugar una nueva edición, la número 21 de su historia, del 7 al 9 de noviembre, en la Feria Internacional de Casablanca; dieciocho meses después de la precedente.
El número de expositores ha remontado hasta más de 150, en su gran mayoría empresas marroquíes del textil y del vestir, y de nuevo se habilitó un pabellón de «marcas de Marruecos». Al cierre de esta información ignoramos el balance de visitantes.
La Asociación Marroquí de las Industrias del Textil y del Vestir (Amith, sigla en francés), gusta de firmar protocolos de colaboración durante Maroc in Mode. También lo ha hecho esta vez, con Euratex (ver otra información separada en Textil Exprés), Casa Moda Academy y el centro técnico del textil y del vestir (CTTH), el primero para fomentar sinergias entre el diseño, la formación y la industria, el segundo para comunicación, branding y B2B que potencien el conocimiento de marcas marroquíes en el extranjero.
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