Prolongar el uso de las prendas reduciría consumo de agua, emisiones y residuos. Dos marcas se han apuntado ya.
A lo largo de las dos últimas décadas, los europeos han aumentado su consumo de ropa, como media, en un 40%. Como ya se ha venido aireando repetidamente, se cree que el textil es ahora responsable del 10% de las emisiones mundiales de CO2. Se estima que para 2030 el uso global de agua (79.000 millones de m3 al año), las emisiones de CO2 (1.715 millones de toneladas al año) y la producción de residuos (92.000 millones de kilos al año) habrán aumentado en más de un 50% por comparación con 2015. A menos que se tomen medidas, por supuesto.
Makers Unite indica que usar una prenda durante nueve meses más reduce las emisiones de CO2 de ese producto en un 27%, el consumo de agua en un 33% y los residuos en un 22%. La empresa «de impacto social» Makers Unite se ha aliado con la marca de ropa Patagonia para crear URC, «United Repair Centre», que pretende ayudar a las marcas a incluir en su propuesta de valor no solo la venta de prendas, sino la posibilidad de que estas duren más tiempo mediante la reparación. Además de Patagonia, Scotch & Soda se ha unido ya al proyecto.
La idea es la siguiente: El consumidor adquiere un producto de una marca asociada a URC. Cuando, debido a su uso, este se deteriore, podrá comunicarlo a la marca, la cual se ocupará de hacerlo llegar a URC, y esta, a su vez, hará la reparación.
Ahora lo que habrá que ver es si el usuario preferirá deshacerse de las prendas… en lugar de repararlas para seguir «gastándolos» durante más meses.
Patagonia recuerda que la reparación ya forma parte de su cultura empresarial desde hace cincuenta años. Ahora ha adoptado el concepto «Worn Wear» (ropa llevada o usada) para contemplar de forma integral y diferente los modelos de producción, uso y propiedad de las prendas, pensando en todo el ciclo de vida del producto.
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